martes, 6 de octubre de 2015

Primer retrato tridimensional de José Artigas

Montevideo, 18 de marzo de 1895

La muerte de Juan Luis Blanes

Retrato realizado por Juan Manuel Blanes
de su hijo Juan Luis
…iba a ponerse a modelar la escultura de Jose Gervasio Artigas, el fundador de nuestra nacionalidad, que le había sido encargada para el monumento de la ciudad de San José.
La muerte inesperada que ha arrebatado al artista joven y vigoroso, en una época de entusiasmo y esperanzas, cuando más podía esperarse de su talento, deja esa obra en proyecto, como tantas obras entre las cuales el gran cuadro de la batalla de las Piedras, espléndida promesa que ilusionaba al mismo don Juan Manuel quien veía en esa obra la consagración de su hijo como pintor.¿Un accidente de tránsito?…
¿Un accidente de tránsito, antes de 1900?.
Eso es lo que quedaba resonando en mi cabeza mientras indagaba sin éxito entre las publicaciones y biografías que repetían como un sello sin memoria: … fallecido trágicamente a sus 38 años en un accidente de tránsito… hasta encontrar en el Centro de Fotografía de Montevideo que en 1895 circulaban por la ciudad aún empedrada, tranvías con tracción a sangre. Tres caballos arrastraban la carcasa abierta de hierro y madera. Una galería andante, exhibiendo hombres de traje oscuro tras los finos barandales curvos. Se podía ver claramente en la foto, bajo la publicidad del Jabón Bao “para uso doméstico” la gorra del conductor de los caballos -el antecesor del “motorman”- y de su cuello colgando un cuerno de vaca a la manera de un rudimentario claxon.
Debió haber hecho sonar el cuerno aquella mañana de marzo cuando en la esquina de Millán y Castro se vio venir de costado a un carruaje con el caballo desbocado y la firme vara de madera que abraza al animal -la lanza- se le incrustó en el costado izquierdo, con la certeza del destino, dándole muerte a Juan Luis Blanes.
Montevideo, 15 de julio de 1895
Dispuesto por la Ley nº 2.370
..Herederos de un nombre que era limpio pasaporte en nuestro mundo de arte; educados en un medio ambiente propicio, fueron las esperanzas más caras de su padre Don Manuel…
Ahora sí estaba solo. María Linari, su esposa, había muerto seis años antes. Nicanor, el menor de los hijos había desaparecido misteriosamente en Italia. No podía morir dos veces.  Poco antes, el mismo año, Juan Manuel había recibido de Europa los baúles y los equipajes de Nicanor. Los equipajes solamente, porque el hijo nunca llegó.
-El gobierno se había quedado sin el primer retrato tridimensional de José Artigas-
Cuando Juan Manuel es consultado por las autoridades para tomar el encargo –con el cuerpo del muerto aún caliente-; Cuando se le dijo que fijara el precio que quisiera, ya no había nada que lo pudiera entusiasmar. Lo primero que pensó fue en mandarlos a cagar. Pensó en pedir un poco de respeto. Aunque pensando en frío, recordando una antigua fábula que sobrevino como una luz en el túnel, algo lo pareció ilusionar.
Recordó como el creador del ajedrez pidió humildemente al rey que le diera como recompensa por tan maravilloso invento solamente un grano de trigo por la primer casilla, el doble por la segunda y así sucesivamente. Cuando el rey accedió inmediatamente y sin dudarlo, hizo los cálculos y se dio cuenta que la petición era imposible de cumplir.
Fue entonces que Juan Manuel aceptó el encargo sin pedir pago a cambio.
–Lo haré gratis, dijo.
Pero con una aclaración. Hay algo que tenía que pedirles como única recompensa: que su trabajo fuera declarado por el Gobierno retrato oficial del General Artigas y que de la escultura se hicieran la mayor cantidad de réplicas que les fuera posible, difundiéndolas tanto en el país como en el exterior en honor a su hijo Juan Luis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario